El vidrio proporciona luminosidad, aislamiento térmico y acústico, y ofrece gran resistencia a impactos y cambios climáticos.
La arquitectura moderna se caracteriza por la transparencia, con todo su esplendor y su claridad, eliminando muros y dando paso a construcciones livianas mediante el uso del vidrio, un material noble que facilita soluciones funcionales y expresión plástica en exteriores e interiores, tanto de grandes edificios como de viviendas unifamiliares. El vidrio proporciona luminosidad, aislamiento térmico y acústico, ofreciendo gran resistencia a impactos y cambios climáticos.
El avance tecnológico ha hecho del vidrio un elemento con diversidad de diseños, colores, texturas y formatos; con gran resistencia a variaciones térmicas y alta combinación con otros materiales de construcción. convirtiéndose en un elemento primordial en la arquitectura actual. Además, el vidrio es un material durable, relativamente de bajo costo, debido a los nuevos métodos de fabricación y a los precios de comercialización, y de bajo mantenimiento. Además, la posibilidad de utilizar placas pulidas, curvadas, reflectantes o de color enriquece notablemente la posibilidad de que surjan efectos visuales en los elementos arquitectónicos de vidrio.
Las múltiples funciones y la impronta vanguardista del vidrio están configurando un paisaje urbano acristalado por la utilización de este material en la construcción de edificios comerciales, instalaciones culturales y deportivas o infraestructuras aeroportuarias como el Aeropuerto Norte .
Elementos interiores
En el interior de los edificios y viviendas el vidrio aporta variados recursos de luminosidad, funcionalidad, confort y decoración, con elementos como las baldosas de vidrio utilizadas como terrazas, tapas de sótano, entrepisos, resolviendo la falta de luz y creando una atractiva vista decorativa.
También cada vez es más usual la utilización de vidrio transparente en vanos, en escaleras, en espacios de oficinas que requieren subdivisiones, introduciendo el máximo de luminosidad en el espacio de referencia; o en espacios que por su naturaleza no utilizan la iluminación natural.
Un elemento revolucionario
Tras la Primera Guerra Mundial se introduce en forma industrial la tecnología del vidrio templado, lográndose que su resistencia sea cinco veces mayor que el mismo vidrio sin templar, convirtiéndose así en un material de seguridad para la construcción.
Desparecida la fragilidad del vidrio como elemento constructivo se torna en un elemento deseado por muchos arquitectos para el diseño de edificios de carácter emblemático y vanguardista en las ciudades más desarrolladas del planeta. Entre los edificios de estas características se encuentran el Leonardo Glass Cube, pabellón de exposiciones multifuncionales; el Triángulo de Colonia, delgada torre de oficinas de 103 m de altura envuelta en vidrio; o el nuevo recinto de la Feria de Milán, caracterizado por la gran cubierta ondulada de acero y vidrio, que en algunos puntos supera los 30 metros de altura.
España también cuenta con edificios vanguardistas de vidrio como la Ciudad Financiera del SCH, la Nueva Terminal del Aeropuerto de Madrid-Barajas o la nueva Ciudad de las Comunicaciones de Telefónica, que con sus 140.000 metros cuadrados de superficie acristalada en la fachada constituye en estos momentos la actuación urbanística de mayor envergadura de vidrio.